Un Milión de versiones

En la casona más linda de Recoleta se come, se festeja, se aprende y se ama. Con una cocina sólida, cada vez más madura, el restó multifacético se renueva sin perder la esencia.

Están los Milión mediodía, en su versión casera, que copan el fabuloso patio que observa la mansión neoclásica francesa de tres pisos, absolutamente despampanante, construida en Recoleta hace más de cien años.

 Están los Milión tardíos, fan de los happy hours, y los tragos geniales de Fernando Abella (imperdibles Ginger Smash y Yo no tengo San Valentín, que consuela corazones solitarios a base de Bacardí blanco y dorado, Saint Germain, lima, tónica y arándanos).

 Están también los que van por las sabrosas tapas, como las croquetas de morcilla, el carpaccio de berenjenas asadas o pinchos de ternera con salsa de yogur.

En el primer piso, se puede comer en versión dandy, disfrutando del comedor más burgués. Hay livings íntimos para secretear y generar más brindis; hay brunch de sábados, que no es poca cosa, ya que no abundan en la zona, excepto que uno quiera sumergirse en un hotel.

Como si todo esto fuera poco, están los Milión que van por el arte, el cine y el teatro. Hay instalaciones y films; también una obra increíble del fotógrafo marcos López.

Gente que entiende y genera tribu con el mismo ADN. Que crea clima y ofrece calidad. Porque está el gran cocinero Fernando Golabek, que acaba de inaugurar una carta deliciosa (el mejor bifazo de chorizo y risotto de remolacha como en Perugia) y su mano derecha, Nicolás Papazian, que dirige la cocina con los ojos cerrados.

La prueba de que todo funciona es su permanencia. Sin perder la esencia, Milión se reinventa y seduce por varias razones, pero una es fundamental: no son pretenciosos. Y no ser pretencioso es estos tiempos es garantía de originalidad.

En Milión no hay caras largas ni situaciones de esnobismo. Hay modernidad, sencillez, simpatía, libertad y siempre una pizca de sorpresa. Están las madres y abogados al mediodía, pero también está la llamada Boite, nada más y nada menos que un altillo ambientado con luces tenues y mucha onda, que se enciende cuando algunos se apagan.

Las intervenciones artísticas, los ciclos de música con bandas emergentes y consagradas, las proyecciones de documentales, series o películas más los Djs que circulan sin pausa, hacen que el lugar no sea uno más. Para nada. La idea siempre fue hacerse camino al andar. Y pocos los alcanzan.

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MILIÓN Restaurante Argentino

Paraná 1048, Recoleta

Ciudad de Buenos Aires

011 4815-9925

@milion_argentina




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