Catena Zapata presenta Birth of Cabernet, etiqueta hermana de Malbec Argentino
2024-11-19Hay pocas etiquetas de vino más despampanantes y gloriosas que la que Catena Zapata utilizó para su Malbec Argentino, hace ya algunos años. Ahora, se suma a la familia una nueva edición de un vino exquisitamente ilustrado, esta vez para homenajear al Cabernet Sauvignon.
por MÁXIMO PEREYRA IRAOLA
Estamos en un gran momento de vinos, y también de etiquetas de vinos. Para quienes amamos el diseño tanto como la enología, ver cómo las bodegas en los últimos tiempos se empezaron a preocupar cada vez más por transmitir el valor de objeto coleccionable desde lo gráfico y lo estético es puro placer. Algunos van por propuestas minimalistas, otros por algunas más bien sobrias, o muy cargadas, o muy crípticas, o muy barrocas.
Lo cierto es que un buen diseño de etiqueta habla de algo que va más allá del marketing: como un plato que merece ser bien presentado, hay ciertos vinos que ya a primera vista buscan demostrar la cantidad de trabajo que se puso en su producción, y el nivel de detalle que sus creadores ponen en cada etapa del proceso, desde los más pequeños brotes de vid hasta el último trago que cae de la botella a la copa.
El Malbec Argentino, de Catena Zapata, es un vino tremendo tremendo, de esos que al llegar a la mesa hacen que los invitados sientan que se ganaron una pequeña lotería. Y si bien el Malbec es tan rico que contiene la botella podría llegar sin etiqueta alguna, lo cierto es que la compleja y algo oscura ilustración anticipa algo muy especial, y es fotografiada hasta el cansancio, aun cuando ya tenemos fotos de sobra de degustaciones anteriores.
Las cosas así de buenas son mejores aun cuando se hacen esperar un poco, y la posibilidad de que apareciera una nueva etiqueta como la del Malbec Argentino fue siempre una incógnita, casi improbable a menos que apareciera algo que realmente lo ameritara, porque los Catena se toman estos temas en serio. Y de repente llegó un gran Cabernet Sauvignon. En 2021, el clima en Mendoza fue parejo, apenas más frío de lo habitual; las variedades blancas rindieron un poco menos debido a las heladas de octubre, mientras que las tintas dieron resultados normales, con buena concentración, azúcares moderados y una acidez óptimas.
De la cosecha manual de los viñedos Angélica Sur (El Cepillo) y La Pirámide (Agrelo), fermentación en huevos de concreto, pequeños tanques de acero inoxidables y roll-fermentadores de roble francés a temperaturas de entre 26 y 28 grados durante unos 12 a 18 días, este Cabernet Sauvignon se reveló como una maravilla. Tiene un 10% de Cabernet Franc que le aporta notas muy interesantes. Pasó entre 18 y 24 meses en barricas de roble francés de primer, segundo y tercer uso, y después terminó de nacer.
Estamos hablando un poco más de la etiqueta que del vino, de todas formas, y en este caso lo que el papel revela es una historia, la de la cepa. Un grupo de abejas que, atraídas por el néctar que ofrecía un viñedo, llevaron sin querer polen de flores de Cabernet Franc a flores de Sauvignon Blanc. Un nuevo retoño se gestó en las uvas madre y, años más tarde, el viticultor regresó a su viñedo, abandonado durante la guerra, y se enamoró por completo de las uvas de esta nueva vid, el Cabernet Sauvignon.
“Nuestra alegoría de las variedades de uva como animales ofrece una interpretación inusual de la historia. El zorro, Cabernet Franc, tiene atributos del Cardenal Richelieu, el primer amante famoso de dicha uva. La sirena, mitad mujer y mitad pájaro, representa al Sauvignon Blanc en todo su salvaje esplendor. A la derecha, su hijo, Cabernet Sauvignon, es representado como un viajero del mundo, que se aventura desde los Pirineos Franceses hasta la pirámide de Catena Zapata, al pie de la cordillera de los Andes, en Argentina”, explican desde la bodega.
James Suckling ya le puso 96 puntos, destacando las notas de tabaco y trufas negras, los pronunciados sabores de aceitunas negras maduras, el paladar de taninos polvorientos y su frescura deliciosa. Recomienda beberlo a partir de 2026, y dudamos que sea muy difícil hacerle caso, porque abrirlo da un poco de lástima (lo mejor, en estos casos, es hacerse de al menos dos botellas).