Un viaje de ida

#CervezaPatagonia anunció su nueva cerveza Küné, elaborada con los lúpulos Victoria y Mapuche. Para festejarlo, nos invitaron a participar del #PatagoniaRoadtrip junto a un grupo de consumidores; se trató de una travesía desde Chubut a Río Negro, periplo que supo engamar a la cerveza con los rincones más increíbles del país.

ENCUENTROS DELICIOSOS AL CALOR DE FOGONES Y CHImeneas, una gastronomía sabrosa con esta cerveza de alto deleite, actividades al aire libre, deportes y entretenimientos: todo eso tuvo la aventura #PatagoniaRoadtrip 2015, que comprendió más de 1.000 kilómetros de fabulosos paisajes.

Partimos de Trelew hacia Puerto Pirámides, en la estepa de Península Valdés. Desde la Estancia Loreto, cabalgamos hacia la playa y avistamos las ballenas que nadaban en la costa. Más tarde hicimos nuestro primer picnic de langostinos a las brasas y bebimos la cítrica y refrescante Küné. Mientras asábamos el cordero, aprendimos que estábamos en uno de los santuarios ecológicos más importante del mundo, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.

Al día siguiente nos detuvimos en Bahía Camarones, un histórico puerto de productos regionales afamado por la gran calidad de sus mariscos. Al mediodía, nos deleitamos con unas pastas exquisitas; las sazones provenían de los cristales marinos que “Sal de Aquí” recolecta y evapora en el mar argentino. Vimos el amanecer en Bahía Bustamante, pueblo dedicado a la cosecha de algas marinas y la cría de mejillones. Sus playas tienen arenas blancas, rocas rojizas y aguas cristalinas. Las ráfagas de viento, el canto de las aves y el romper de las olas musicalizaron el imponente escenario. Luego disfrutamos de un maridaje entre mejillones a la provenzal y la cerveza insignia del viaje. Finalmente, visitamos la reserva de pingüinos en el Parque Nacional.

Partimos hacia Los Altares, formación geológica en el centro de la provincia. El recorrido está marcado por las mesetas del Valle de Los Altares y el cauce del Río Chubut. Acampamos a la vera de un arroyo; a la noche, tocamos la guitarra a la luz del fogón. Visitamos también el Área Natural Protegida Piedra Parada, que cuenta con atractivos arqueológicos, paleontológicos, históricos y culturales, así como un turismo activo. Realizamos expediciones y un astrónomo nos ayudó a leer las estrellas y a encontrar la Cruz del Sur.

Al día siguiente, muy temprano, salimos hacia El Bolsón, en Río Negro. Hicimos una parada al pie del cerro Piltriquitrón, en la Cordillera de los Andes. En sus faldeos crecen bosques de lengas y cipreses y se realizan actividades como cuatriciclos, parapentes, cabalgatas o montañismo. Algunos de los viajantes subieron a la cima, a 2.260 metros, y descubrieron vistas panorámicas únicas.

Visitamos luego una granja de cultivo de lúpulo Mapuche: su participación en la receta de Patagonia le otorga un perfume suave y refinado, levemente cítrico y floral. Por la tarde, nos alegramos con quesos orgánicos y cervezas varias. En Bariloche, a orillas del Lago Moreno, participamos de un banquete de despedida, realizamos actividades al aire libre –paddlesurf, remo y slackline– y nos dieron un curso de cerveza muy interesante.

Küné revela la nueva variedad de Patagonia. Su estilo denominado Patagonia Pale Ale se caracteriza por un color bronce brillante; ofreciendo al paladar un leve amargor y notas herbales, logrando un cuerpo sumamente distintivo. Es absolutamente única.

 

Emprendimos finalmente el regreso, felices con los conocimientos cerveceros adquiridos y emocionados por un viaje que supo estimular nuestros sentidos.



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