La ruta de Maia: unas piezas en Mutsuhito

En esta nueva entrega de su columna, Maia Chacra recibe una misteriosa contraseña para adentrarse en una experiencia íntima y distinta de sushi, valiéndose de palitos y manos para explorar sabores japoneses.


por MAIA CHACRA

@maiachacra


La expresión omakase significa, a grandes rasgos, “lo dejo en tus manos”, y en gastronomía significa ponerse a disposición del chef y dejar que elija lo que uno va a degustar, generalmente haciendo un recorrido por lo mejor de la cocina japonesa.


No sé si lo notaron, pero cada vez hay más restaurantes de este estilo en los distintos barrios porteños; en mi caso, el primero que visité en Palermo, más precisamente en Palermo Hollywood, fue Mutsuhito. Se visita con reserva previa, por supuesto, porque hay lugar para pocas personas, como en casi todos los omakase. Hay dos turnos posibles, a las 19:45 o a las 22:15. Agendé para el primero, después de invitar a una amiga, y atentos a este detalle: con la reserva me dieron un código cuya función descubriría recién al llegar al lugar.



Al llegar a la esquina de Ravignani y Honduras nos encontramos con una pequeña puerta, casi imperceptible, con una ventanita que solo permite ver unas empinadas escaleras iluminadas con luces rojas. El código era la contraseña para entrar, y hubo que marcarlo para que la puerta se abriera. En ese momento supimos con mi amiga que estábamos por vivir una experiencia distinta.


El lugar está bien decorado, bien iluminado, con la luz justa. Lo primero que vi fue una hermosa barra, y yo amo las barras: todas me recuerdan a cuando era chica e iba con mis padres a la barra del histórico The Embers, en la zona de Acassuso. Aquella barra tiene poco que ver con esta, pero me pasa siempre lo mismo; cada una que visito me lleva a esos recuerdos. Vuelvo mejor a Mutsuhito y su barra en forma de U de mármol veteado, con cómodas banquetas de hierro negro tapizadas en terciopelo rosa, bien dispuestas para los 18 comensales que nos entregaríamos al recorrido de la chef. En compañía de mi gran amiga Ana, y con ganas de probar algo nuevo, me preparé para una gran velada. Y no me equivoqué.



El salón estaba a cargo de Federico y de la itamae, Camila, quien nos guiaría a lo largo de toda la noche. La atención de Mutsuhito, por cierto, es excelente. Una parte importante de la ceremonia de omakase es la explicación de cada uno de los pasos, y el equipo se ocupó muy bien de que entendiéramos todo. Antes de servir la primera sorpresa de la noche, la chef solicitó silencio en el salón para contar de qué se trataba la experiencia, y los comensales, algunos de Brasil y de Japón, obedecieron con atención absoluta.



Probamos todo tipo de piezas con una gran variedad de pesca local. Encontré muchos sabores bien logrados y distintas texturas a lo largo de la noche. Entre los 17 pasos (16 + postre) hubo sashimi, nigiri, rolls, una sopita… de todo un poco, y cada bocado superaba al otro.  Encontré salmón, vieiras, pulpo y pesca blanca (dato a tener en cuenta: no hay menú vegetariano ni vegano). La sorpresa, y algo que nunca antes había probado, fue el nigiri de carne de wagyu, un deleite sensorial. Me gustaron especialmente las salsas que complementaban cada paso. En el sexto, la itamae nos invitó a comer la pieza directamente con la mano, sin palitos, y el consejo me pareció simpático y novedoso. Entre pieza y pieza disfrutamos del privilegio de la barra, que permite ver todo el proceso de armado y charlar con cada sushiman. No quiero olvidarme de mencionar el postre, porque realmente fue espectacular: era un crocante dulce acompañado con mousse de chocolate. Recomiendo acompañar la experiencia con la típica bebida japonesa, el sake, que acompaña a la perfección el omakase.



Mutsuhito sin dudas representa muy bien la esencia de la cultura nikkei. La propuesta, que recomiendo para ocasiones especiales, me gustó mucho, y destaco los sabores bien definidos y la frescura de la pesca. Si les gustan las experiencias omakase (o están con ganas de ver de qué se tratan), de acá van a salir súper satisfechos. Yo, por mi parte, volvería y volveré. 


Dato: La experiencia dura dos horas. Pueden averiguar los precios en su perfil de IG.


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MUTSUHITO OMAKASE

@mutsuhitoomakase

Honduras 5908, Palermo - CABA

Martes a sábados 19:45 y 22:15 h (solo con reserva)

Tel: 2072-1861





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