Fierro Hotel: vuelve un brunch europeo y distinto

En un pequeño hotel de Palermo, ya conocido por su gastronomía, se está rearmando una propuesta que empieza desde un poderoso brunch servido los fines de semanas y feriados. Influencias británicas y francesas, mezcladas con un poco de Argentina, en un lugar lindo donde estamos invitados a pasar todo el tiempo que queramos.


texto y fotos MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

@maximopi


Tal vez les pase: volvieron de vacaciones, todo es un poco más triste, y la vida de valijas y aeropuertos se extraña. O por ahí les pase al revés: todavía no pudieron tomarse un par de semanas, y la idea de despegar y manejar otras monedas e idioma no los deja dormir de la ansiedad.



No voy a mentir y decir que es una solución mágica y 100% efectiva, pero sí puedo asegurar que ayuda, al menos un poco, comer y desayunar en hoteles. De Buenos Aires, digo. Los hoteles tienen otro aire, se escuchan lenguas de todos lados, la hospitalidad es especial y uno se siente tratado como realeza. Los hoteles pequeños, los boutique, llevan muchas veces esa atención a otro nivel, y tal es el caso de Fierro, en Soler entre Ravignani y Carranza. Pleno Palermo Hollywood. 



Antes de la pandemia, Fierro ya se había hecho un nombre gracias a su restaurante, UCO, donde se comía bárbaro en un ambiente lindo, con un muy buen patio y una cuidada selección de vinos. Como bien sabemos, la hotelería la pasó especialmente mal en aquellos dos fatídicos años, y el restaurante tuvo que inevitablemente cerrar. Son de fierro, sin embargo, y así resistieron, y así renacieron.



Ahora van de a poco, retomando en primer lugar su celebrada propuesta de brunch, que sirven los fines de semana y feriados y que está muy inspirada en la gastronomía británica e irlandesa, con toques franceses y argentinos. Preparado por el chef del hotel, Edward Holloway, este brunch se sirve desde las 12 del mediodía y tiene tres partes, es decir, mucha comida. Roberto Cavazza, Gerente del hotel, aclara: “No tenemos necesidad de renovar las mesas, porque al ser un hotel el restaurante solo está abierto para huéspedes, excepto en el horario de brunch. Queremos que quienes vengan por el brunch estén cómodos sabiendo que se pueden quedar hasta las 17 h, marcando los tiempos como ellos quieran”.



El patio es el mejor lugar, sin dudas, pero hace mucho calor así que nos quedamos adentro. Primera parte entonces, la más cercana a un desayuno. Tenemos dos cafés o infusiones (recomiendan arrancar el brunch con una y terminar con otra, y eso hacemos), así que pedimos cappuccinos. Llegan varias cositas: un scone esponjoso con crema batida y mermelada de frutilla casera; una tostada de pan brioche con Nutella, tomillo, aceite de oliva y crocante de maní; jugo de naranja recién exprimido y un plato de carpaccio de ananá. “Tenemos una verdulería orgánica a un par de cuadras, y todos los días elegimos una fruta, la que más nos gusta, para hacer un carpaccio”, cuenta Roberto. Es muy, muy rico. También hay yogur casero con granola, un pequeño gazpacho que agrega frescura y acidez, y algunas medialunas, también ricas.



Después, una transición: para pasar de la parte de desayuno a la parte de almuerzo, hay dos opciones de carpaccio que son casi iguales, pero una es apta para vegetarianos. Bresaola curada in situ o remolacha bien finita acompañada por rúcula, alcaparras, oliva, pimienta y Parmesano. Probamos ambas, y las recomendamos.



Para los principales hay tres opciones: fish and chips, desayuno irlandés o huevos del día. Más de una persona británica me ha admitido en estos años que el fish & chips de acá es más rico que el original, porque salvo que te guste mucho el bacalao, los peces que se usan en nuestra ciudad funcionan mejor en el combo. Lo confirma el plato que llega a la mesa, hecho en esta ocasión con mero. Delicioso. No pedimos el desayuno irlandés, pero en la mesa de al lado sí lo hicieron y se veía muy bien. Los huevos eran benedictinos y estaban perfectos. La propuesta incluye una copa de espumante o de vino rosado, tinto, o blanco; también se puede pedir un gin tonic, un vermú o un Aperol Spritz. Fuimos por el Spritz.



Por último, los postres: siempre hay carrot cake con helado de queso crema, y otro postre que va cambiando. La carrot cake es mi torta preferida, y mi vara es alta, pero efectivamente estaba muy rica; también nos trajeron una mousse de frutos rojos, rica, pero superada por la torta. Terminamos con nuestro segundo café, dándonos cuenta de que ya habían pasado un par de horas, y salimos. Antes, conversamos un rato más con Roberto, quien anticipó que en no demasiado tiempo va a abrir nuevamente el restaurante con una nueva propuesta. Si sigue la línea de calidad del brunch, pueden contar con nosotros. 




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FIERRO HOTEL BOUTIQUE BA

@fierrohotel

Soler 5862, Palermo, Buenos Aires

11 3220 6800

www.fierrohotel.com

Horario de brunch: sábados, domingos y feriados desde las 12 h





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