Epic en Arelauquen Lodge
2015-01-28
Bariloche tiene un nuevo referente de la gastronomía, ligado a la hotelería de alto nivel. Profesionales con pasión conducen la propuesta.
Epic, el restaurante de Arelauquen Lodge
fue concebido con excelencia. La puesta confortable y cálida, se mimetiza con
el magnífico paisaje del Lago Gutierrez. La cocina, a cargo del chef Julián Del
Pino, trabaja con ingredientes regionales de estación y los recrea en cocciones
respetuosas y modernas. La sommelerie de Nicolas Noceti elige las mejores
etiquetas de las grandes bodegas. Y la barra del mismo sommelier luce interesante
para la experiencia. Por ejemplo, un Cucumber Tonic -Gin Hendricks, tónica, rodajas
de pepino y pétalos de rosa que infusionan el gin-, moviliza los sentidos.
El comensal puede pedir a la carta un
gazpacho, una burrata o una pasta al huevo, seguido de un cordero braseado o un
bife de ternera a la criolla. Pero el menú degustación de 8 pasos es imperdible.
Recetas más complejas, técnicas y resoluciones actuales, y savoir faire plasmado
en sabores plenos.
La performance de los 8 pasos se inicia con
aperitivo de gin Príncipe de Los Apóstoles, Cynar, pomelo y agua tónica y una lengua
de cordero a la vinagreta y espuma en sifón de ajo asado. El segundo appetizer
es un langostino apenas sellado y caviar de Bloody Mary trabajado con
agar-agar, más melón fresco y polvo de jamón serrano. Le sigue un salmón etéreo
en cocción al vacío, apenas sellado en sartén para que deje la piel crocante, servido
sobre sopa de sandía y vodka de vainilla, más tartare de frutas.
Estos primeros pasos seducen por lo rico y
delicados. La molleja de ternera, blanqueada y luego dorada en sartén con
pincelada de salsa demiglace, viene con yema de codorniz, aceite de trufa y
aire de pomelo logrado con lecitina de soja. Aquí es atractiva la presencia de
la trufa con el perfume cítrico.
También al vacío el chef resuelve la
entra?a de ternera sellada en sartén a temperatura alta. El risotto de papas en
brunoise es una delicia. El toque crudo lo da la ensalada de pera, pepino y
aceto balsámico. Y el final, ossobuco de cordero braseado en jugo de naranjas, calabaza
y polenta, suculento.
La infancia se recupera en el prepostre. Piruleta
de banana, dulce de leche y chocolate semiamargo, frizado. Y el postre es un
lingote de emulsión de chocolate negro y blanco sobre bizcocho húmedo de
naranjas y amapolas más helado de quinotos elaborado en la casa.
La carta de vinos de Epic es corta y
dinámica, cambia en cada temporada. Ofrece variedad de los buenos cepajes del
país y de las zonas productoras emergentes.