Energía vital

los restaurantes y tiendas de raw food o alimentación viva ya están bien instaladas en las grandes ciudades de América, Europa y Asia y se van expandiendo lentamente por todos los rincones del planeta. 

La movida del raw food empezó en California, Estados Unidos, durante la década del 60. Hoy en día, Nueva York cuenta con decenas de lugares que se especializan en este tipo de preparaciones, como mercados callejeros, foodtrucks, supermercados especializados en productos ecológicos, tiendas de suplementos naturales o take-away. Esos negocios se están popularizando; algunas marcas crecen tanto, que corren el riesgo de caer en comportamientos típicos de las grandes corporaciones, lo que puede desencadenar en un menor cuidado del producto final. 

Hay un abanico de posibilidades al alcance de todo el mundo: algunas personas se acercan al raw food por moda, otras buscan sentirse mejor, perder peso o también incorporar minerales y vitaminas de mejor calidad y fácil absorción. Lo que estoy notando es que la gente que tiene este estilo de vida desde hace varios años está prestando atención a la frescura de los ingredientes orgánicos; es decir, busca la energía vital de los alimentos. Existe una gran diferencia energética entre los vegetales y frutas que fueron recién cosechados y los que se cosecharon hace días o semanas. Por esa razón, lo más buscado es que el producto sea orgánico y local; o sea, que no haya sido transportado en camiones, aviones ni barcos. De esa forma, se genera una consciencia ecológica. 

Esta tendencia no sólo existe en los mercados de vegetales. En Brooklyn, encontré Dr.Cow, una tienda creada por argentinos que se especializa en la producción de quesos hechos a base de frutos secos orgánicos. Para quienes dejaron de consumir lácteos, la tienda es un sueño hecho realidad; para los foodies y sibaritas, un lugar imperdible en el que, además de quesos en mil variedades y meses de estacionamiento, se pueden encontrar postres deliciosos. Tienen postres y mini tortas raw, sin lácteos, harinas ni azúcar. Lo que más me llama la atención de Dr. Cow es que incorpora, de manera brillante, algunos “súper alimentos” muy recomendados por médicos naturistas de diversas partes del mundo, como el cacao orgánico, la maca, la espirulina, los hongos reishi, la chaga o el maitake. 

Además de comer cada vez mejor, los neoyorquinos quieren divertirse. Entonces, la tendencia es que los lugares de comida sana dejen de ser tan “orientales” y silenciosos o con mantras sonando. Desean que esos lugares sigan la vida común de la gran manzana: tomarse una copa de vino, comer rico, relacionarse. 

El raw food crece en todas partes. Gracias a su biodiversidad y la calidad de los productos que nos ofrece la naturaleza, América del Sur parece estar convirtiéndose en el mercado emergente con más futuro y eso se refleja en todos los restaurantes y tiendas que han abierto en los últimos años.

 



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