Caja Heráclito: fiestas botánicas

Venimos tomando gin como locos, y si bien es una bebida llena de sorpresas y variantes, ideal para todo el año, nos parece especialmente adecuado para el verano, que pide gin tonic a lo loco. Heráclito lo sabe bien, y para eso armó una caja increíble para estas fiestas y las semanas que siguen con sus impecables creaciones.


por MANUEL RECABARREN

fotos MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

@manurek

@maximopi



El gin se volvió el destilado de moda en los últimos años, con aperturas de bares dedicados exclusivamente al mítico cóctel con tónica y una variedad de marcas que pareciera infinita. Entre ellas, las nacionales fueron ganando terreno, y Heráclito es una de las pioneras. Desde bares de nivel internacional hasta previas adolescentes donde antes gobernaban bebidas de mala calidad, la etiqueta turquesa conquistó paladares argentinos a ritmo exponencial y se convirtió en un clásico con pocos años de vida.



Para las fiestas (o para tu casa, por qué no), Heráclito lanzó una caja con su repertorio completo, un regalo formidable para amantes del gin o aquellos que quieran adentrarse en un universo de botánicos y aromas. 


El Heráclito London Dry es el caballo de batalla de la marca, porque cumple con las tres B: bueno, bonito y barato. El barato puede ser polémico, ¿qué destilado de calidad lo es hoy?, así que quien prefiera podrá cambiarlo por “accesible”. Tiene un perfil clásico de London Dry, con una salida fuerte de enebro y una frescura cítrica que lo hace ideal para agregarle tónica o utilizarlo en coctelería clásica. Pepino o limón, el garnish lo elegís vos.



El Heráclito Macedonio, que también viene en este regalazo, es una rareza. La bebida no es blanca, sino de un rubí intenso. Julián Varea, director de la marca, perfumista y master distiller, creó una pócima personal: especias maderosas, flores y ajíes. Si te gusta arriesgarte o buscás complejidad, esta botella es para vos.



Completa la tríada el Heráclito 40 Botánicos, el más nuevito de la línea y su exponente de alta gama. La historia de su creación es muy divertida: empezó la cuarentena y Julián le propuso a un par de amigos entendidos que propusieran un botánico por día para su nuevo destilado. Claro, esto comenzó cuando pensamos que la cuarentena duraría 15 días. Pronto la lista empezó a estirarse y se decidió cortar con el experimento (imagínense cuántos botánicos tendría de no ser así). El resultado es magistral, de una sutileza deliciosa que lo hace perfecto para utilizar en martinis, donde puede apreciarse como si fuera un perfume. 






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