Bagatelle: música, cocina, vinos y drinks en modo topísimo

2022-04-28

La fórmula Bagatelle ya fue probada en muchos idiomas y en montones de ciudades por todo el mundo. Aquí también es un espacio elegante, creado para el más pleno de los disfrutes y en el que cada noche termina convirtiéndose en una fiesta.

texto CRISTINA GOTO

fotos BAGATELLE

@cristinagoto

Bagatelle es ante todo un restaurante. Nació en Nueva York, creado por dos franceses que buscaban lograr que el sentimiento bon vivant del sur de Francia cruzara el océano. La marca representa sofisticación culinaria y un estilo de diversión acorde a cada destino en donde se instala. Así, los muy viajeros pueden encontrar distintas expresiones de Bagatelle en Los Cabos, Saint Tropez, Courchevel, Londres, St Barths, Tulum, Miami, Río de Janeiro, Sao Paulo, Punta del Este, Dubai, Baréin, Yeda y, desde 2019, en Buenos Aires.

En el Hipódromo de Palermo y alrededores, la noche es hiperactiva. Sin embargo, Bagatelle guarda su ubicación secreta y bajo reserva. Abre de jueves a sábado a partir de las 20:30. El ambiente es clásico y elegante, y su luz tenue. En la barra, atractiva y amplia para la previa y todo momento, atiende el head bartender Roy Pimentel. A las 23:30 todo se conmociona: la música eleva su sonido y las luces golpean la vista con una intermitencia veloz y exagerada que desvía las miradas. Y así empieza la diversión.

La cocina, dirigida por el Chef Ejecutivo Julián Del Pino, abre a las 20:30 y para disfrutarla con todos los sentidos recomiendo llegar temprano. El mercado cotidiano y de alta calidad es la fuente de estímulo para la creación de este cocinero, que toma técnicas mediterráneas como influencia en todas sus recetas, muy sabrosas. La carta es corta y muy cuidada. Ofrece en primera línea la pizza crocante con crema trufada y provolone ahumado, plato icónico de todos los Bagatelle.

No faltan platos de quesos seleccionados y jamón serrano con shots de melón con frutas dulces y jugosas. Si el comensal busca pesca, hay tartare de atún con guacamole, vinagreta de jalapeños y chips de batata y langostinos salteados con tartare de kiwi y ananá más sopa de sandía y vodka. Entre los platos de resistencia, hay una propuesta si bien breve, variada y atractiva. Destaco el asado braseado con hongos y papines, el cordero en jugo de cocción con gnocchi de queso de búfala, el risotto de frutos de mar y el salmón grillado con hummus, ensalada griega y yogurt especiado. Y el final llega dulce y fresco: nougatine helado con sopa de chocolate belga y Cointreau o duraznos caramelizados con crema de tomillo.

Drinks y vinos se lucen junto a la gastronomía de Del Pino. De la propuesta de autor de Pimentel desarrollada con bebidas de primera línea, jugos naturales y licores artesanales, destaco Diáfana –vodka, licor de sauco y Cordial de lima– y el Fumée –Johnnie Walker Black Label, Campari clarificado, vermouth Bianco, pimienta negra y curry “salted caramel”–. El bartender propone clásicos de entre los que elijo el Dry Martini, el Negroni y el Penicilin. Y no falta la lista de gin tonic; recomiendo el Monkey 47 Tonic y el Hendrick’s Tonic. La carta de vinos y espumantes ofrece excelentes propuestas argentinas y francesas para paladear con felicidad.

Desde las 23:30 el público se enciende al son de la música que levanta su tono e invita a vivir la “experiencia Bagatelle”. En este momento comienzan a circular las botellas de champagne francés que llegan a destino de la mano de camareros disfrazados y provistos de bengalas a modo de festejo. El movimiento se impone en el salón con clientes que bailan mientras los camareros se unen a la celebración. La música vibra de la mano de reconocidos DJs residentes: Pico Bussoli, Agustín Chesko y Choppe Dávila. Desde las 20:30 pasan música lounge para luego pasar al deep, afro y organic house, y la noche cierra bien arriba con remixes clásicos y hits actuales del house y electropop.