Rusvel: por el pancho y el vino

2024-08-22

En Saavedra, sin levantar demasiado la perdiz, apareció un local modesto y canchero en el que salen panchos maravillosos, de cerdo y veganos, con panes, papas y aderezos preparados en forma casera. Por si fuera poco, armonizaciones bien pensadas con etiquetas bien bonitas.

texto CAMILA BARREIRO

fotos MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

Si cerrás los ojos e imaginás un menú con maridaje de vinos, seguro que en lo último en lo que pensás es en panchos. Mejor abrir los ojos para mirar a Rusvel, una esquina del barrio de Saavedra que, entre globos con forma de perro salchicha y mesas amarillas, sirve seis variedades de pancho junto con diferentes vinos en vaso, para degustar y realzar sabores insospechados.

Rusvel abrió las persianas hace poco menos de un año con una idea: salir de la salchicha clásica, ofrecer algo más natural y, a su vez, maridar de una manera más descontracturada y divertida. En su carta hay seis opciones de panchos pequeños, grandes, veganos (caseros, hechos con arvejas y garbanzos por ellos mismos) o de carne, creados por CORTE Charcutería.

En panes veganos amasados in situ, sirven desde el típico pancho de la infancia con papitas pay y aderezos (preparados por ellos, al igual que las papas) hasta uno con chutney de manzana, queso Fontina y pickles de cebolla morada. El hilo conductor de la propuesta es que todo salga de la cocina y nada de una bolsa.

Para cada uno de los panchos hay un vaso de vino que ofrece un maridaje de sabores ideal. “Lo pensamos en base a disfrutar el momento: por oposición, por cosas parecidas o porque era divertido”, explica Marina, la sommelier, mientras sugiere probar el pancho de hongos (salteados con hierbas y ajo, pickles de pepino, mayonesa casera y papas pay) con un Pinot Noir de Turbio, que aporta notas similares en su aroma a tierra y sotobosque.

Con la expectativa de crear el local al que les gustaría ir y encontrar su propio lugar en la gastronomía, sirven además platitos como salchipapas (salchichas con papas fritas, huevo y aderezos) o yuquitas fritas con salsa huancaina. “Queremos que puedan venir solos o con amigos para pasar un momentito, comer rico y tomar algo diferente. Por eso hasta hacemos nuestra agua tónica. Creemos que la gastronomía es eso” ?cuenta Elizardo, uno de los dueños?, “hacer por un rato feliz a una persona”.