Enero en el Club: Vinos de distintas latitudes

Hoy prácticamente todas las provincias tienen viñedos. Algunos híper consolidados, como los de Luján de Cuyo, y otros emergentes, como Buenos Aires o San Luis. Lo cierto es que, aunque hay un inobjetable liderazgo de Cuyo, los horizontes de los consumidores y productores se expanden. Como en Cuisine contribuimos siempre a desarrollar el paladar de nuestros socios, elegimos para esta caja etiquetas de terruños únicos y bien diferentes entre sí. Y no, ninguna es de Mendoza. 


por ANA PAULA ARIAS

Patagonia es uno de los polos vitícolas que más han crecido en estos últimos años y está especialmente vinculado a la producción de vinos premium. Las condiciones naturales, duras y adversas en muchos casos, contribuyen al crecimiento de materias primas de calidad excepcional. La amplitud térmica y los vientos constantes dan como resultado cultivos naturalmente orgánicos. Actualmente, la zona se despegó un poco de sus dos grandes estrellas (la Merlot y la Pinot Noir) para dar paso a otras cepas tintas y blancas, todas con una impronta muy particular. El 003 Malbec de Bodega Aniello (Mainque, Río Negro), es una potente muestra de ello. Un tinto muy refrescante y con notas florales de violeta que lo hacen un hit absoluto de la marca.

Para completar la caja elegimos dos etiquetas de la bodega riojana Valle de La Puerta. La provincia también tiene una larga historia en lo que a vinos respecta. Es un clásico de la industria que busca hacerse lugar entre los grandes del NOA y Cuyo. Con el crecimiento y la sofisticación del paladar argentino de las últimas décadas, empezó a crecer y dejó atrás su tradición de vinos de mesa para empezar a elaborar vinos de segmentos medios y premium. La punta de lanza fue de productores que comenzaron a ver con claridad las ventajas del Valle de Famatina y su clima desértico; brutal, pero inmejorable para alcanzar la mejor expresión de las cepas.

Rebelde Malbec es el nuevo lanzamiento de la bodega, un tinto que se suma a la tendencia de vinos jóvenes (en cuerpo y alma). Como reza la etiqueta, ilustrada por la artista chileciteña Paloma Márquez, este vino está pensado para comidas y momentos informales y para maridar con amigos más que con platos. Sin embargo, es más fuerte que nosotros y lo tenemos que decir: las notas de ciruelas y moras frescas de este vino van muy bien con carnes asadas.

Por último, el Syrah de La Puerta reivindica la historia de la cepa con La Rioja. No entendemos por qué este tinto del Ródano, que se da tan bien en nuestro país, nunca despegó como se merece, pero por suerte sigue teniendo su lugar entre algunas bodegas. Elegimos este vino porque pone el foco en lo mejor de la cepa: notas de moras negras, taninos dulces y una acidez que le da un balance estupendo.

En enero, Cuisine te trae vinos de viñedos esencialmente distintos entre sí, pero que te muestran qué están haciendo los productores de nuestro país que traspasaron los márgenes de las zonas tradicionales.



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