Arístides cosechó su fama hace unos años a base de vinos muy frutados y golosos. Cuando empezó a hacerse un lugar en algunas cartas de restaurantes, la respuesta de la gente fue muy positiva. Originaria de Los Árboles (Rivadavia), en el Valle Central de Mendoza, la bodega busca recuperar la impronta típica del lugar. Con el Arístides Estiba de Familia Merlot sin dudas lo logra, pero sin perder tipicidad varietal. Tiene un marcado perfil de frutos rojos maduros y unas notas verdes que le aportan frescura y lo hacen incluso más llevadero.
En la entrega de junio también incluimos dos vinos de Onofri Wines, el proyecto que Mariana Onofri tiene en Lavalle, en el oasis norte mendocino, a 65 km de la capital. El primero es un Bonarda elegantísimo y sin madera que tiene notas típicas de la cepa, como frutos rojos y algo de especias que lo convierten en un tinto muy delicado. El segundo es un Pedro Ximénez seco, la cepa blanca más plantada de Argentina, una uva absolutamente desconocida pero que, más tarde o más temprano, va a ser un hit. Mariana probódarle un toque sofisticado a esta cepa que, usualmente, se usa para vino a granel. El resultado es un blanco apenas cítrico y algo tropical, con una perfecta acidez y un muy buen volumen en boca. Una perla.
La caja se completa con un blend de Agrelo, la zona top de Luján de Cuyo. Diablo Mayor es un fantástico corte de partes iguales de Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc, lo que resulta en un vino potente y complejo. Ambos varietales funcionan muy bien en conjunto: mientras que el Cabernet Sauvignon aporta estructura y elegancia, el Franc le da un toque de pimientos verdes y pimienta blanca, realzando el estilo que le aporta el terroir lujanino.
Nos encanta que conozcas zonas y cepas nuevas. El mundo del vino es súper vasto y a nosotros nos gusta hacerlo un poco menos inabarcable. ¡Salud!
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