Bodega Vistalba: Vinos con linaje


Uno de nuestros más recientes envíos a socios del Club Cuisine&Vins incluyó los magníficos vinos de Bodega Vistalba, cuya tradición y compromiso con la calidad y la identidad de sus viñedos se refleja en cada una de las etiquetas que produce. Hablamos con Paula Pulenta, quien actualmente se encuentra al mando del proyecto.

Bodega Vistalba: Vinos con linaje


por ANA PAULA ARIAS

 

Bodega Vistalba se fundó en 2003 de la mano de Carlos Pulenta, tercera generación de una de las familias más estrechamente vinculadas a la industria. Hoy, casi veinte años después, sigue creciendo y adaptándose a un mundo cada vez más cambiante, esta vez con la hija de Carlos, Paula Pulenta, al frente. Con ella charlamos acerca del futuro de la empresa, el paladar de los argentinos y cómo el mundo del vino la enamoró.

Contame un poco acerca de tu camino en la bodega. ¿Siempre te interesó o te fuiste interesando de a poco? ¿Cuándo te empezaste a involucrar?

Toda mi infancia y adolescencia transcurrió en una bodega con mi papá Carlos y mi abuelo Antonio, quienes durante todos esos años, junto con el resto de la familia Pulenta, estaban a cargo de Bodegas Peñaflor. Esos años fueron muy importantes y, sin dudas, han sido un gran aporte a lo que hoy hago. Me recibí en Mendoza de Administración de Empresas. Mi primera experiencia laboral fue en un hotel y, al año de recibida, mi papá tomo la decisión de empezar a construir Bodega Vistalba. Ahí fue cuando decidí formar parte. Desde entonces, y con el correr de los años, he ido formándome en las diferentes áreas de la industria; me entusiasmó el primer día y lo sigue haciendo al día de hoy.

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Hay quienes creen que la pasión se hereda y otros que, por el contrario, sienten que el camino se hace en soledad. Paula habla de su vivencia como una mezcla de ambas cosas: nunca creció demasiado alejada de la viticultura, pero fue su experiencia en la bodega lo que la terminó de conectar con ese mundo que había sido siempre parte de la historia familiar. “Aprendí a tomar vino recién cuando empecé a trabajar en Vistalba. Hoy me involucro cada vez más y me encanta. Es una industria que evoluciona permanentemente, y que te da la posibilidad de ir año a año experimentando con diferentes variedades de uva, zonas y estilos. También es muy importante sin embargo la constancia y la búsqueda permanente de la calidad, dos factores que Vistalba siempre ha buscado”.

VIstalba tiene, como decíamos, casi 20 años. ¿Qué creés que fue lo que más cambió en este tiempo en los consumidores?

Creo que una de las cosas más notorias es quizás la tendencia a nivel mundial de consumir productos lo más nobles y orgánicos posible. Esto aplica al vino y también a su packaging. El respeto por la tierra y la decisión de lograr que la uva refleje lo más naturalmente posible la calidad y la tipicidad de cada uno de los diferentes tipos de suelo es algo que hoy creo que todos valoran. Si bien puede haber muchos estilos de vinos, según el consumidor y la situación de consumo, creo que en general se busca cada vez más consumir vinos sin tanta madera, más frutados, más fáciles de tomar y no tan alcohólicos, como parte de una dieta más saludable y equilibrada.

¿Qué diferencia ves entre el mercado externo y el mercado interno en cuanto a hábitos de consumo?

Creo que en Argentina tenemos el gran problema de que solo se consumen vinos argentinos, lo cual hace que el consumidor no pueda educarse en otros estilos. En la mayoría de los países donde exportamos vinos, los consumidores tienen acceso a etiquetas de muchas partes del mundo, y eso influye muchísimo en el paladar y en el conocimiento que van adquiriendo. En general, veo que el consumidor externo tiende a experimentar consumiendo vinos no conocidos y se aventura en zonas vitivinícolas que no conoce mientras que, acá en Argentina, el consumidor local tiende a ser más “conservador” y, por ende, experimenta mucho menos que lo que lo hacen consumidores de otros países.

Contame acerca del método de elaboración tradicional del vino. ¿Qué significa el proceso de elaboración por gravedad? ¿Cómo impacta en el producto final?

En Vistalba fuimos pioneros en volver a utilizar piletas de concreto para fermentación, pero con dos características bien particulares: que no están pintadas con epoxi en su interior y que tienen un sistema de control de temperatura interno. La bodega fue construida y pensada para que todo el proceso de elaboración, incluyendo el manejo de las uvas, la fermentación y la crianza pudieran manejarse por gravedad, para evitar así el uso de bombas. Cuando una fermentación comienza con bayas enteras, es un proceso más lento y controlado, en el que se conserva la fruta más fresca y se protegen los aromas naturales de la uva. A mayor manipulación mecánica de uvas y mostos se genera mayor pérdida de distinción, conexión con el lugar de origen y tipicidad del vino resultante. Esa es la gran ventaja de trabajar con gravedad. Una de las tantas visiones de mi padre ha sido la de ofrecer vinos distintivos, con una conexión directa a los lugares de donde provienen (en nuestro caso su finca en Vistalba, donde está la bodega, y la Finca Don Antonio en el Valle de Uco). Por eso es que él mismo concibió, y desde sus orígenes, el uso de la gravedad para lograr la mayor calidad posible en todos los vinos que se elaboraran en su bodega.

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Desde que Argentina irrumpió en el mundo con el Malbec, los argentinos cambiaron sus hábitos de consumo. El mercado doméstico comenzó a inclinarse por vinos varietales, es decir, aquellos que están hechos con una sola cepa. Bodega Vistalba fue contra la corriente en una época en que la apuesta segura era hacer varietales, y elaboró tres grandes etiquetas que reivindicaban al corte por su complejidad y elegancia. “Los blends nacieron con el objetivo de buscar vinos que reflejen lo mejor de Finca Vistalba. La finca tiene cultivadas casi 50 has, donde la mayor parte es de Malbec, seguido de Cabernet Sauvignon y Bonarda. Son plantas viejas, algunas de 1948, y cuando las elaboramos por primera vez en 2003 nos propusimos obtener vinos de gran calidad, a partir de la suma de las características que aportaba cada variedad”, cuenta Paula.

Tomero es el nombre de la línea clásica de la bodega, pero también el de otras líneas premium e híper premium de la bodega; ¿por qué decidieron conservar el nombre, en lugar de separar los segmentos con nombres distintos?

Las marcas en Vistalba nacieron con el objetivo de que cada una reflejara su impronta, tuviera su personalidad y, sobre todo, que cada marca pudiera llegar al consumidor indicado. En Vistalba sostenemos que no todos los consumidores son para todos los vinos. Hay estilos, preferencias, rangos de edades, sexos y un conjunto de características en las personas que hacen que sus preferencias se inclinen por ciertos estilos de vinos. Vistalba y Tomero son dos marcas que se diferencian por dos grandes características: el estilo de vino y el origen de las uvas. Los Vistalba son vinos de corte, elaborados con las uvas de la zona de Vistalba, respetando el nombre de la región y la tipicidad del lugar. Los Tomero, por otro lado, son varietales elaborados con uvas propias de nuestra finca ubicada en la zona de Los Árboles, Tunuyán, en Valle de Uco. Ambas marcas nacieron juntas, pero siempre con la idea de que cada una pueda ofrecer un vino más joven y uno más estructurado y complejo, para poder mostrar las diferentes características de cada zona y las distintas estructuras de vinos.

¿Qué pensás que cambió para siempre en el mundo del vino a partir de la pandemia?

Uno de los cambios ha sido la forma en que las bodegas podemos vender nuestros vinos. Nosotros no conocíamos a nuestros clientes, ya que la mayor proporción de la venta ocurre a través de distribuidores. Hoy, a partir de la pandemia, la mayoría de las bodegas desarrollaron sus tiendas online y esto nos dio la posibilidad de llegar en forma directa a nuestros clientes, saber quiénes son, qué prefieren, por qué nos eligen y trabajar sobre eso para hacer crecer nuestros conocimientos sobre el impacto de nuestros vinos en el consumidor. No va a reemplazar a otros canales de venta, pero sin dudas es un canal que, tanto para las bodegas como para negocios más chicos, llega para quedarse. Y el consumidor creo que lo ha sabido aceptar bastante bien. Tiene un potencial enorme y es una cuestión de tiempo hasta que la gente lo empiece a incorporar más naturalmente.

Por último, ¿qué novedades tienen para este 2021?

Este año estamos presentando una colección de vinos que hemos llamado “Colecciones Singulares”, que nace con la intención de fomentar un trato continuo con nuestro público; es una invitación a ser parte de nuestro mundo, a disfrutar de todo lo lindo y divertido que tiene el vino y, a la vez, es una forma de aportar nuestro conocimiento, compromiso y respaldo como bodega, como personas y como familia. Así nacieron Autóctono Malbec 2017 y Autóctono Chardonnay 2019, vinos elaborados con uvas de Gualtallary y que se presentan juntos en una caja de madera de dos botellas. Además, se suma BBBV, un blend de uvas blancas: Chardonnay, Sauvignon Blanc y Semillón, especialmente elaborado para integrar esta colección. Colecciones Singulares incluye también productos que, si bien no son nuevos lanzamientos, siempre fueron singulares: el aceite de oliva Extra-Virgen Corte V, los botellones magnum (1500cc) y doble magnum (3000cc) de Vistalba Corte A, la cata vertical de cosechas 2004, 2010 y 2015 de Vistalba Corte A y el Tomero Cosecha Invernal, cosecha tardía 2013 elaborado con uvas Sauvignon Blanc, Semillón y Viognier.



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