por ANA PAULA ARIAS
fotos MÁXIMO PEREYRA IRAOLA
Abril nos encontró nuevamente recordando los eventos y festejos que solíamos tener por el día y el mes del Malbec, y que en algún momento volveremos a tener; por lo pronto, nos propusimos elegir para los socios del Club Cuisine&Vins vinos que estuvieran a la altura de una fecha tan nueva como significativa de nuestra viticultura, sabiendo que el Malbec es la cepa número uno del país, popular por su perfil frutado. También quisimos darle una vuelta de tuerca, mostrar estilos más complejos, conectados con su terroir. Propusimos con esta caja ver los matices de un vino que parece siempre igual pero que, sin embargo, es más bien todo lo contrario.
Tomero Malbec es el primero que elegimos, porque sabíamos que era un vino reconocido y de una calidad inmejorable. Y con un plus: proviene de viñedos de Alto Agrelo y Tunuyán. A priori, esta información no aporta mucho, pero si decimos que esas son dos zonas súper reconocidas en Mendoza y que la mano del enólogo para amalgamarlas hace que sea una delicia, la cosa cambia. Tomero es así, un gran vino para todo el mundo, que encierra una delicadeza inusual para su segmento.
Pero no todo en la vida es Malbec, o por lo menos no todo es varietal. A veces los grandes vinos varietales (hechos con un solo tipo de uva), tienen un pequeño porcentaje de otra cepa que potencia sus características. El clásico corte suele ser Malbec con Cabernet Sauvignon. Por esas cosas de la enología, es un corte ganador. A todos les encanta la idea de beber un vino bien amable mezclado con otro más robusto y, por eso, muchas bodegas apuestan por este blend. Vistalba Corte C le puso un poquito de Cabernet (15% nomás) a su Malbec y sucedió la magia: un vinazo de Luján de Cuyo, con notas de ciruela, frutos rojos y también un poco picante.
La caja se completa con Tomero Single Vineyard Malbec. Un vino al que hay que prestarle atención, no porque sea difícil de beber, no porque sea inentendible o complicado, sino que porque se lo merece. Cuando un vino nos conecta tan claramente con un lugar, merece ser ponderado. Y el Single Vineyard de Tomero es una oda al Valle de Uco. Frutado, con notas de lavanda y violetas muy presentes y con una hermosa acidez refrescante.
Lo mejor de la caja del mes es que nos da la posibilidad de tomar Malbec de distintos tipos. No de distintos países ni de distintas provincias, de distintas zonas que no están tan alejadas una de la otra y que, sin embargo, nos proponen dos estilos diferentes de una misma cepa.
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