Buono: una cocina italiana

2023-10-04

La trattoria moderna del Sheraton Buenos Aires Hotel continúa ofreciendo a sus comensales sabores frescos con buenos productos, inspiración italiana y enfoque estacional.

texto y fotos MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

Comer en restaurantes de hoteles es algo especial: a veces es un acierto, a veces no, pero siempre tiene el condimento cosmopolita que le dan los huéspedes, los distintos idiomas, la cosa babelesca. Las cartas suelen ser amplias, las cocinas están activas casi todo el día, y la atención es en general mucho mejor que la de muchos otros lugares.

Buono, el restaurante del Sheraton Buenos Aires Hotel, nació hace unos años con el concepto de trattoria moderna, y desde entonces se mantiene firme como una propuesta firme para probar platos italianos en Retiro. El local ni bien se entra puede parecer oscuro, pero basta con explorar un poco para descubrir que tiene distintos salones y espacios, cada uno perfecto para situaciones determinadas; al lado de las ventanas para comer con amigos, hacia el interior del hotel para citas o reuniones laborales… también hemos ido a eventos en los que se aprovecha todo el espacio, que está pensado para facilitar la circulación del equipo y de los invitados.

Para nuestra más reciente visita elegimos un día de semana; una noche tranquila, un poco fresca, que pedía a gritos un par de buenos platos calientes. El salón tenía varias mesas ocupadas, las suficientes como para que estuviera entretenido y a la vez se pudiera conversar bien. La cocina enorme y a la vista iba sacando comandas una tras otra, y nos sentamos en una mesa cómoda en una esquina.

La carta, como decíamos, es amplia, y en estos casos es mejor ir sección por sección: de las opciones de antipasti, todas muy tentadoras, fuimos por los Ravioli di agnello fritto (ravioles de cordero frito con crema trufada de hongos) y la Barbecue di funghi e verdure (parrillada de portobellos, gírgolas, champignones y vegetales). Una panera muy nutrida y un vino blanco acompañaron perfectamente ambas opciones, entre las que se destacó especialmente la parrillada.

La gastronomía de Buono está basada, como corresponde, en productos orgánicos y de estación; además desde el hotel trabajan en conjunto con productores y proveedores locales, diseñando un menú que además de ser amplio contempla todas las restricciones alimentarias posibles.

Acá hay buenas ensaladas, y admiramos algunas que pidieron en otras mesas, pero es de noche y honestamente, vinimos a comer pasta y risotto. Las pizzas, que ya hemos probado alguna otra vez, también nos tientan, y sin embargo estamos para otra cosa.

Vamos entonces con el Risotto bianco con capesante: vieiras, panceta y brotes sobre un arroz cremoso y blanco, bien presentado, como un cuadrito. Y cómo nos gustan las vieiras. Por otro lado, la Lasagne al brasato di manzo (lasagna de ternera braseada con filetto), muy generosa, potente, llena de sabor.

Nos ofrecen segundos platos, bifes de chorizo, salmón, ossobuco con polenta trufada, y tendremos que dejarlos para la próxima. Sin embargo, claro, no nos vamos a ir sin un postre. O dos, mejor: primero, la cagliata di frutti di bosco, un curd de frutos rojos con helado de frambuesa y merengue seco súper fresco y muy sabroso; después, la mousse de chocolate 80%, con corazón de naranja de ombligo, salsa inglesa y chips con salsa de frutilla. Un gran postre que en nuestra próxima visita seguramente repetiremos a pesar de tener más opciones.

En una ciudad que tiene cada vez más opciones, muchas de ellas muy modernas y rupturistas (que por cierto, celebramos), Buono es uno de esos lugares en los que se puede disfrutar de un servicio tradicional como los de los restaurantes de antes, con platos abundantes, bien italianos y bien ricos.