Tigre Morado: renovación en Palermo Perú

2022-04-22

Una vez más nos sentamos en las mesas de Tigre Morado para entregarnos por un rato a un viajecito limeño, y probamos algunas de las novedades de la carta, como un ceviche bien gustoso, una causa con chicharrón memorable y una mariscada para levantar cualquier almuerzo en la ciudad.

texto y fotos MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

Tigre Morado ya lleva unos años dándonos de comer muy bien, tanto en su hermosísima esquina de Honduras y Ravignani como por delivery (nos salvaron más de una vez con sushi, causas y ceviches durante la cuarentena). Como todo buen lugar que se preocupa por no quedar estancado en una misma cosa, la carta del restaurante se va renovando, y hace unos pocos días pudimos pasar a probar algunas de las novedades.

Es mediodía de un lunes, hay sol pero el calor no agobia, y las mesas de la vereda están casi todas llenas; algunas al sol, otras bajo el toldo, la nuestra a la sombra de uno de los árboles. Las letras de las ventanas hablan de perú, pero el juego con la arquitectura del local va un poco también para el lado francés, y las sillas y mesas dan un aire parisino.

Daniel Pinto, nuestro camarero para esta visita, trae maíz cancha para picotear mientras toma el pedido, siempre con extrema amabilidad y recomendaciones que son más que bienvenidas. Arrancamos con un pisco para levantar el lunes post-finde largo (que siempre es complicado) y esperamos las entradas.

Sugieren empezar por lo livianito, claro, y tal vez estos platos lo sean, pero no por eso son menos potentes en sabor: la causa a la chorrillana tiene chicharrón de pesca del día (hoy tocó lenguado), tomate, cebolla morada, palta y una salsa especial.

El ceviche morado, por otra parte, es suave y tiene un montón de pescado acompañado por palta flambeada, ciboulette y una exquisita salsa nikkei a base de limón, sésamo y salsa de ostras.

Después llega el tiradito melcocha: pesca blanca del día, salsa de la casa, pasta de ají amarillo, pulpos y chimichurri nipón a base de verdeo y vinagre blanco.

Por último, la mariscada: un buen plato de arroz agridulce con cebolla morada, zanahoria y verdeo, y en un plato aparte para combinar a gusto, langostinos y calamares en su salsa, con ají amarillo y cilantro.

Cuando vamos a comer comida peruana, nos gusta terminar con un suspiro limeño, y esta no fue la excepción. Dulce, cremoso y bien presentado, fue el cierre perfecto para un almuerzo que seguro repetiremos pronto.