Prix Baron B: Noche de burbujas, caballos, fascinators y fiesta

Y una noche fresca de primavera volvieron las galas. En realidad “la gala” ya que estamos hablando del encuentro más sofisticado de Buenos Aires, el que combina elegancia, audacia y alegría sin fin, además de una gastronomía a la altura. Solidaridad, una buena causa y un dress code especial, el requisito que da que hablar la noche entera porque a mayor riesgo, mayores likes.



por FLAVIA FERNÁNDEZ y MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

@flaviafernandezcv

@maximopi 


¿Ya aburrió lamentarse por las fiestas que nos perdimos en 2020? ¿Ya no da quejarse del Masticar que no fue, del arteBA que nos perdimos, de tantísimos festivales que tuvieron que esperar o resistir desde la virtualidad? Puede ser. Alegrémonos entonces por las celebraciones que vuelven, que nos hacen sentir que la peor parte realmente ya pasó y que los brindis, los abrazos y los vestuarios despampanantes nos esperaron con paciencia.

El Prix Baron B - Édition Solidarité es uno de esos grandes eventos anuales, tal vez lo más cercano a una versión local de la Met Gala, y es la ocasión en la que se lucen todo tipo de vestidos que deslumbran, zapatos que enamoran, trajes que seducen y fascinators que atraen miradas y cámaras de celulares.

 

Más allá de la reunión y la competencia amigable de looks, claro, hay una causa benéfica que convoca a celebridades de todos los ámbitos para dar una mano a quienes más lo necesitan, y con una pandemia mediante, la solidaridad importa más que nunca. En su décima edición, el Prix seleccionó a TECHO como la entidad a la que se destinaron los aportes de la velada; el dinero recaudado a partir de las apuestas y donaciones de los agasajados va a permitir construir montones de hogares nuevos que cambiarán la realidad de distintas familias.

Así pues, con los zapatos para bailar, las copas para brindar y los bolsillos para colaborar, el viernes pasado, 12 de noviembre, el Hipódromo de Palermo se convirtió una vez más en el escenario más lujoso de la ciudad, compensando a lo grande el año de ausencia. Nadie quiso faltar a esta fiesta de tradición, elegancia y solidaridad regada por los mejores espumantes de Baron B.

 

Un túnel plateado fue el portal a esta dimensión de audacia, glamour y burbujas. De este lado la avenida Libertador; del otro, Mona Gallosi (monísima Mona, para variar) con fascinante fascinator; Pampita y su marido, Valeria Mazza, Nacho Viale, Carla Peterson, Fernando Trocca, Julieta Cardinali, Dolores Barreiro y una lista eterna de luminarias. Iván de Pineda tomó la batuta como todos los años y condujo el encuentro con su característico encanto, sin el cual el Prix no sería el Prix.

Durante la primera hora y media los invitados pudieron hacer sus donaciones en forma de apuestas, eligiendo a sus caballos preferidos entre los seis que formaron parte del Prix: Barón Bertrand, Elizabeth, Baron B Extra Brut, Baron B Brut Nature, Baron B Brut Rosé y Héritage. La recaudación completa fue a beneficio de TECHO.

Más tarde, un mapping espectacular proyectado sobre las tribunas contó la historia de TECHO y explicó todo el trabajo comunitario que la organización hace en Argentina desde 2003 para ayudar a distintas familias de asentamientos populares a superar la situación de pobreza, impulsando el desarrollo comunitario con la ayuda de más de 43.600 voluntarios.

Hechas las apuestas, llegó la carrera: 1.200 metros recorridos a todo galope por seis jinetes con casacas de colores. Pura adrenalina y un ganador: Baron B Brut Nature, que ganó por apenas un par de cabezas. Terminado el Prix propiamente dicho, se sorteó entre quienes hicieron sus apuestas un viaje a Francia para dos personas con una estadía de tres noches en París; luego, entre quienes tuvieron la fortuna de apostar al ganador, tres se llevaron cinco cajas de Baron B.

La comida estuvo a cargo de Eat, siempre impecable. Tommy Perlberger no falla jamás. Hubo bocaditos fríos y calientes, y platitos preparados en vivo con croquignoles de pastrami, trufas y queso de cabra acompañados por salsas diversas. Después una trucha exquisita del río Limay con huevo de campo poché y ensalada de espárragos, habas y arvejas con aioli de lima. También hubo jamón de cerdo ahumado casero con un relish de mostaza y kimchi, digno de ser mencionado. Por último, de postre hubo una tarta bestial de queso de oveja con confituras de naranjas. De más está decir que maridamos todo con Baron B.

Los vestidos y los trajes cumplen su propósito en el movimiento, y entonces se baila y se baila. PONCHO y el DJ Chule Bernardo musicalizaron agarrando ritmos de todos lados y clásicos de todas las épocas, y las suelas se gastaron como corresponde. Será hasta el año que viene. 





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