Febrero en el Club Cuisine: Quinteto mendocino

Una de las cosas que más nos gusta hacer en Cuisine es elegir los vinos para nuestros socios, y en febrero le pusimos todo para arrancar el año con la mejor selección. Nos propusimos hacer un recorrido por Mendoza a través de cinco etiquetas distintas, donde se mezclan uvas tradicionales, otras menos conocidas y una perla espectacular para los más vinófilos.



por ANA PAULA ARIAS

Si algo nos encanta del mundo del vino es que es insondable. Siempre hay cepas y zonas nuevas para los consumidores. Lugares desconocidos se vuelven tendencia y son un boom en una temporada, uvas no tan comunes en Argentina son clásicos en Europa y estilos típicos de nuestra industria, son una rareza para otras. Por eso, quien gusta del vino está destinado a maravillarse siempre, a descubrir cosas. 

Estamos seguros de que nuestros socios se van a maravillar con el Don Cristóbal Verdelho, un blanco único en Argentina. Decimos “único” de modo literal, porque es la única bodega que vinifica esta cepa portuguesa. En Mendoza se da muy bien y concentra unas notas complejas de flores blancas y frutas de carozo. Una delicia exótica.

De la misma bodega sumamos este mes un Cabernet Franc de Luján de Cuyo. Como ya saben, el Cabernet Franc es uno de los “papás” del Cabernet Sauvignon, así que suelen confundirse un poco. Sin embargo, el Franc suele ser más ligero y aromático y esta no es la excepción. Es un vino especiado pero también frutado, con notas de mermelada de ciruela muy presentes. Para no queden dudas de las diferencias, en la caja del mes también enviamos el Danzón Cabernet Sauvignon (Luján de Cuyo), un tinto joven, amable y muy varietal. Les proponemos el ejercicio de catarlos juntos y ver las diferencias. Después nos cuentan.

La caja se completa con dos vinos de la bodega Cruz de Piedra (Maipú), dos etiquetas bien modernas y súper ricas. Por un lado, el Frida Malbec, un tinto joven y elegante que acompaña con éxito cualquier plato (de carne o veggie) porque es muy versátil y no satura el paladar. Notas ligeramente especiadas en nariz y muy frutado en boca. Se banca beberlo un poco fresco porque es veraniego a full.

Por último, nos jugamos y elegimos el blanco dulce Mandala Sweet (Tunuyán). ¡Pero no se asusten! Sabemos que para gran parte de la comunidad enófila los vinos tardíos son, por usar algún eufemismo, problemáticos; sin embargo, estamos seguros de que este sauvignon blanc, frutado y fresco, los va a enamorar. La clave es buscarle un maridaje y un momento acordes y predisponerse al disfrute. Nosotros imaginamos un picnic improvisado en el patio, un buen queso azul con pasas rubias y castañas tostadas y dejar que todo fluya.

 

 

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