En Agosto, redescubrimos terruños y exploramos estilos
2020-08-26Somos justicieros del vino. Para nosotros no hay cepas famosas o cepas relegadas, sino más bien un crisol de variedades que se dan hermosamente en nuestro país. Con ese espíritu, este mes en Cuisine&Vins le llevamos a nuestros socios una selección interesante de etiquetas, clásicos y no tanto, para disfrutar y conocer un poco más nuestra viticultura.
por ANA PAULA ARIAS
La Espera (de bodega Funckenhausen) es todo eso y más. La barrica aparece de manera justa en este vino, cuyos protagonistas no son la madera ni el morrón, sino lo que resulta de la suma de esas partes, la fruta y el terruño de un lugar muy tradicional. Un lugar maravilloso que merece ser redescubierto.
La altura de Rivadavia, al este de Mendoza, es un poco más baja que la Primera Zona. A 650 metros y con un suelo franco-arenoso, los vinos tienden a ser frutados y vigorosos. Se requiere de una mano experta y conocedora para hacer jugar esas condiciones naturales a favor de una viticultura de calidad. Algo que a Bodega Genaro Cacace le sale naturalmente y que redunda en vinos expresivos y fieles a su tierra. Elegimos de ellos el Algarrobo Grande Bonarda, un vino versátil que, con un perfil bien joven, recupera las características más populares de la cepa, como la mermelada y la acidez elegante.
La caja del mes se completa con un Malbec Reserva de bodega Los Haroldos. Un Malbec de manual que sorprende por su fabuloso balance entre fruta, tanino y madera. Técnicamente se trata de un blend, porque es un vino conformado por el producto de distintos viñedos. Lo que se obtiene de esta manera es un tinto complejo, que no solo no es chato, sino que rescata de cada uno de esos terruños diferentes expresiones del Mabec. Beber este vino es entender las posibilidades de nuestra cepa bandera, más allá de la varietalidad.
Con esta caja les proponemos a nuestros socios un reencuentro con las zonas más importantes de Mendoza, con su historia y su calidad innegable.