Emperador Meiji: un Japón distinto

Fuimos a conocer Emperador Meiji, la primera y única brasería japonesa de Buenos Aires. Un ambiente único, un menú bien pensado y un secreto mágico al que se accede por una pequeña puerta algo escondida.



texto y fotos MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

@maximopi


De repente hay eventos, aperturas, festivales, fiestas, novedades gastronómicas que copan la agenda y nos tienen de acá para allá día tras día. Bienvenido el cambio de ritmo, claro, porque después de tantos meses lentos y tranquilos, extrañábamos el trajín culinario porteño.



Ayer fuimos a conocer un nuevo restaurante de Palermo, en la esquina de Honduras y Ravignani. Concepto japonés. ¿Tiene algo de nuevo hacer cocina japonesa? Acá sí, porque no es un lugar de sushi más, sino una brasería japonesa, la primera en Buenos Aires. Emperador Meiji está pensado y (muy) diseñado como una experiencia inmersiva en la cultura y la historia de Japón, y ya desde su nombre homenajea a Meiji Tenn?, el 122° emperador nipón y la persona que transformó el imperio para llevarlo a la modernidad.



El lugar es lindo. Muy lindo. Fue diseñado por la renombrada arquitecta y decoradora Eme Carranza, quien armó distintos ambientes, cada uno con una atmósfera propia y especial. Nosotros, por ejemplo, subimos unas escaleras iluminadas por hilera tras hilera de lámparas de papel con distintos motivos japoneses para llegar a una sala con mesas al nivel del piso, ideadas para la parrillita central que nos traerían más tarde.



Alrededor hay gente de distintas edades, todos cancheros, relajados. Hay parejitas, grupos de amigos, dos amigas en una mesa al fondo. Mucha foto porque Instagram, claro, pero el ambiente en general es tranquilo, nadie habla con voz demasiado fuerte. Nos reciben muy bien, nos explican qué vamos a comer y arrancamos.



La coctelería: el Jazzmine Chado es una tetera que contiene wokka saki, infusión de jazmín, mix de cítricos y Sauvignon Blanc. El Oishi Mizunara trae Chivas mizunara, syrup especiado, limón, soda y umami. El Uji Grass consiste en vodka Absolut, cold brew de té verde, lima, espuma de matcha, lemongrass y un pocky que se puede comer o usar para revolver el trago. Todo está muy bien.



Después un tapeo variado: gyozas Butaniku (cerdo confitado, negui y ponzu ahumado); gyozas Sakana (salmón, akusai, negui y ponzu ahumado); un katsusando de wagyu exquisito; todas entradas que llegan juntas.



También nos traen un chori nippon, muy rico, hecho con carne de res y cerdo y acompañado por un chimi nippon y pan robata; yaki de chinchulín, limón y sal marina; salmón con sweet miso; y una de las estrellas, el yaki abokado: palta grillada, huevo pochado y chimichurri.



Llega una pequeña parrillita, la robata, acompañado por una bandeja de carne en modo tataki que, si queremos, podemos terminar de cocinar hasta el punto que más nos guste (a mí me encanta como viene así que uso poco la parrillita, pero mando alguna carne igual porque es divertido).



Las guarniciones merecen una mención aparte: el puré de wasabi es una maravilla, y la ensalada kyuri (palta, pepino, aceite de sésamo, soja y limón) será imitada. Un buen arroz que nunca falta y con eso estamos.



Hay dos postres. Probamos el chocoreto, una mousse de chocolate con sal marina y sésamo, bocadito extraordinario que cierra perfecto el menú.



Antes de partir nos invitan a conocer Mutsuhito, el bar de omakase tipo speakeasy al que se accede por una puerta al costado del local principal. Una escalera empinada e iluminada de rojo, y arriba un salón chico copado por una barra en la que el chef deleita a los comensales (que como máximo son 22) con un menú de 17 pasos basado en productos de estación. Cambia todos los días, dependiendo de lo que haya, y recorre varios pescados y estilos de sushi. Todo es sorpresa y maravilla.



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EMPERADOR MEIJI
@emperadormeiji

Pedidos: +11 2072-1861

Honduras 5902, Palermo - CABA.

Todos los días de 11 a 3 h





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