El Montecarlo vuelve a la vida

Hace un año, en plena pandemia, el célebre bar notable Montecarlo, ubicado en la esquina de Paraguay y Ravignani, tuvo que bajar la persiana, a tan solo dos años de cumplir su primer siglo. Paula Comparatore, vecina de la zona y eximia cocinera, no pudo permitirlo, y se puso al hombro la tarea de resucitar este clásico de clásicos para transformarlo en un lugar que mantiene su tradición y a la vez explota su potencial como nunca antes.


por MARCELA KORZENIEWSKI

fotos MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

@marcelkor2017

@maximopi



La reapertura de Montecarlo fue una fiesta. Autos antiguos –Bel Air, Impala–, un recital de tango a cargo de la orquesta La Sudestada, disc jockey y la presencia de los vecinos inauguraron el pasado 21 de septiembre una nueva etapa para este bar notable, uno de los más antiguos de la ciudad.



Y no es para menos. Fundado en 1922, Montecarlo cerró las puertas en 2020, pandemia y cuarentena mediante, y la célebre esquina había quedado apagada. Las persianas bajas y un cartel de alquiler hicieron lagrimear a más de uno.



Paula Comparatore, vecina del barrio y creadora de El Federal, pasaba por ahí todos los días para ir a su reconocido restaurante especializado en comida regional, ubicado en Bajo Retiro. Lo hacía caminando para evitar el transporte público en la etapa más dura de la cuarentena. Fue en esas caminatas cuando descubrió con tristeza el cierre del bar donde el Che Guevara pasaba horas leyendo.



Ante la difícil situación que atravesaba El Federal, ubicado en una zona que había quedado casi desierta ante la falta de turistas y oficinistas, se propuso el desafío de hacerse cargo de Montecarlo para darle vida nuevamente. Lo llevó a cabo en medio de un contexto muy adverso para el sector gastronómico y mientras tomaba la decisión de cerrar definitivamente las persianas de El Federal luego de 21 años de vida. “Si hubiese encontrado el momento perfecto para abrir, no llegaba nunca. Todavía hay cosas que tenemos que hacer, pero en un momento dije: ‘El 21 se abre como estemos’. De hecho, tres horas antes pusieron el mueble de los vinos”, comenta Comparatore, sorprendida de su propia hazaña.



Su idea fue mantener la esencia del lugar, conservando sus hitos como la taza de café con leche más grande la ciudad o el clásico budín de pan para el desayuno. “Más allá de estos referentes, el lugar no tenía una gran cocina. De hecho, por eso la pandemia se lo llevó por encima; porque era un lugar para venir a tomar café. El dueño cerraba todos los días a las 6 de la tarde y tenía una cocina chiquita, hogareña, como la de un departamento. Había uno o dos platos de sugerencia por día y, después, medialunas, tostados o galletitas con el café”.



Paula decidió diseñar una propuesta gastronómica acorde a un bar notable, con platos caseros y con una impronta regional, que es además una cocina novedosa para el barrio. “Tenemos un público súper ecléctico. Porque viene el abuelo que venía antes a leer el diario y que nos pide que le pongamos tanguito a la mañana, y después tenemos los hipsters de Palermo que vienen a comer. Entonces, tuvimos que armar una carta que fuera igual de ecléctica”.



Dentro esa variedad hay distintas opciones para el desayuno, sándwiches para todos los gustos y platitos para el copetín, como pascualina de bodegón, bocaditos de espinaca, chistorra al horno de barro con salsa criolla y chimichurri, gramajo con papa rosti rellena de jamón, huevo montado, mousse de arvejas y crema de ajo; panchos con salchicha casera, aceitunas rellenas de parmesano, ajíes en vinagre con cebollas encurtidas, salmón ahumado y focaccia de tomate, entre otras cosas. Para acompañar, vinos de todas las regiones del país y diversos cócteles.



A esto se suman los 4 o 5 platos de sugerencia del día, que van rotando –pasta, carnes, platos veganos y vegetarianos–, y las espectaculares empanadas que Paula Comparatore trajo de El Federal: de carne cortada a cuchillo con salsita picante, de cordero patagónico, de quesillo y olivas verdes y de humita dulce. “Los clientes nos dicen que no hay esta comida en el barrio. Y realmente, el fin de semana pasado sacamos un pastel de choclo, un pastel de cordero, hicimos ojo de bife al horno de barro con humita. Es una cocina porteña que no hay por esta zona”.



La renovación gastronómica se enmarca en un local que se refaccionó manteniendo sus puertas y pisos originales. “Hubo que hacer una obra bastante grande. Volvimos a tomar el plano de 1922, que fue cuando se abrió; subimos el techo, cambiamos la barra y la cocina de lugar, y sacamos el piso de la cocina porque no alcanzaba para todo el local y no lo conseguíamos”, detalla.



Gracias a este esfuerzo, el año que viene Montecarlo podrá festejar su primer siglo de vida. Un regreso que se festeja. Y más en estos tiempos.




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MONTECARLO BAR NOTABLE
@montecarlo.ba

Paraguay 5491, esq. Ravignani - Palermo, CABA

Martes/miércoles/domingo de 8 a 20 h; jueves/viernes/sábado de 8 a 23:59 h. Lunes cerrado.

+11 4773-0229





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