Barragán: color, frescura y alegría

En una esquina tranquila de barrio abrió el nuevo café de moda, con una propuesta diferente y sabores latinoamericanos. Barragán se define como la esquina más chula de Caballito, pero es mucho más que un spot instagrameable. 


por MANUEL RECABARREN

fotos MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

@manurek

@maximopi


Los polos gastronómicos de la capital porteña siguen ampliándose, y ya no es necesario ir a Palermo para encontrar propuestas interesantes. De hecho, estas nuevas zonas –Chacarita, Colegiales, Villa Crespo– son hoy las más populares. Hay sin embargo ciertos barrios a los que la renovación gastronómica todavía no llegó, tal vez por no ser lo suficientemente cool, por estar “lejos” (y ponemos las comillas para ser justos). En uno de ellos, en un Caballito que es casi Villa General Mitre o viceversa, se encuentra Barragán. Una esquina tranquila en un barrio residencial, lejos del ruido de autos y colectivos. Una bocanada de aire fresco.



La historia de este cafecito comienza con dos de sus creadores, Sebastián y Agustina, quienes tuvieron la brillante idea de abrir una lonchería, equivalente mexicano de nuestro café; un lugar para tomar y comer algo ligero. Pronto se sumaron Francisco y Fermín Vessena, dos hermanos con gran experiencia en el rubro (son nada más ni nada menos que las mentes detrás de los exitosísimos Surry Hills y Fat Broder). Juntos, y en pleno boom de las taquerías en Buenos Aires, buscaron mostrar una faceta distinta de la cocina mexicana y llegaron a un concepto original: el brunch mexicano. No solo eso; con cierta rebeldía, decidieron romper con los horarios establecidos para el desayuno-almuerzo y lo sirven todo el día. La estética está inspirada en el arquitecto mexicano Luis Barragán –de ahí el nombre del lugar, claro–; la atención al detalle es impecable, y se destaca la unión de materiales tradicionales y rústicos con un toque moderno. 



Comencemos por el café, Minas Gerais. Es de especialidad, claro, pero también orgánico certificado. El varietal es Oeiras rojo y viene de Fazendas Klem, en Brasil. Es súper aromático, un poquito dulce y tiene una acidez muy amable que lo redondea perfectamente. Francisco nos cuenta que hay quienes creen que la combinación café-picante es polémica, pero yo estoy híper a favor. Quien desconfíe, que lo pruebe.


 

No tardan en llegar a la mesa platos que impactan visualmente. Color, color y más color. Probamos su versión de una avocado toast: dupla de crema de palta y crema de maíz dulce, coronada de pickles y hierbas frescas. El pan es de maíz morado, elaborado por los chicos de Salvaje Bakery.



Los huevos rancheros son un clásico de desayuno-almuerzo, y los de Barragán no decepcionan: huevos orgánicos, queso Llanero (lo más similar al tradicional Cotija) y muchas hierbas. Sale con pan y una salsita ranchera que es una fiesta de frescura. 



Para mí, sin dudas, LA joyita de Barragán son las quesadillas divorciadas. Ya su nombre llama la atención, y Francisco explica que hace referencia a varios platos en los que se usan salsas con colores que contrastan: verde y rojo. Bueno, acá el divorcio no está en las salsas (o no solamente) sino en los chorizos. Dos quesadillas, dos chorizos. Uno es rojo, condimentado con ajíes, pimentones y jalapeños rojos, un poco más familiar para el paladar argentino. El verde es un poco más atrevido: mucha hierba (el cilantro se destaca), pimientos verdes y jalapeños, combo que resulta en un chorizo fresco y súper aromático. 



El picante es un sabor que al argentino generalmente le cuesta y el armado de la carta lo tiene en cuenta. Claro, hay ciertos picores de base, son parte de la esencia de la cocina mexicana, pero son sutiles y están bien equilibrados. Quien quiera un poco más está siempre invitado a agregar salsitas a sus platos. Más que recomendadas, no son increíblemente picantes pero sí tremendamente aromáticas. Mención especial para las aguas frescas de producción propia, que no solo acompañan divinamente sino que ayudan también a calmar picores. 


¿Y qué sería del brunch sin algo dulce? La french toast nos tiene cubiertos por ese lado. Brioche, miel, ricotta y frutas frescas. Su toque especial está en la salsita sobre la que se presenta, una especie de mole dulce. Cacao intenso y especias. Hermoso.


 


El mostrador lleno de pastelería quedó pendiente para la próxima, pero no me cabe duda de que todo es maravilloso. No solo por la pinta (le eché el ojo a una tres leches de coco muy tentadora) sino porque está a cargo de Viole Sigal y Flama Bakery. Receta de éxito.



_________________________________________


BARRAGÁN
@barragan.cafe

Nicasio Oroño 1995, Caballito - CABA

Lunes a sábados de 8:30 a 20 h. Domingos de 9 a 19 h.





Comentarios