Hablemos de las creaciones maravillosas que se dieron en pandemia. Hablemos de 84 Malbec y todo lo que significa este vino joven y vibrante. Una apuesta que va en sintonía con un nuevo ciclo y que busca mostrar las bondades de una cepa que siempre es seductora. Es un tinto ciertamente vivaz, que capta el espíritu innovador de los 80. Es refrescante, franco y frutado. Como no podía ser de otra manera, apostamos por el cierre screw cap, que le hace honor a un tipo de Malbec desenfadado, ideal para cualquier momento del día.
En este sentido, el Familia Morcos Bonarda Roble se asemeja, porque su perfil moderno le da mucha versatilidad. Otro gran acierto de la bodega es hacer vinos muy bebibles, con una graduación alcohólica justa, pese a las altas temperaturas de la zona. Lo decimos muy seguido, pero lo repetimos: los Bonarda del Este de Mendoza son, probablemente, los mejores de la provincia. Las condiciones naturales hacen que esta cepa concentre polifenoles y resulte en productos equilibrados, briosos, pero que no empalagan.
El tercer vino es un tinto muy jugado de Cabernet Franc y Petit Verdot de bodega Don Manuel Villafañe. Este corte complementa el estilo inconfundible de la Cabernet Franc con un toque de Petit Verdot, una cepa injustamente ignorada por los consumidores argentinos, que es primordial a la hora de darle estructura y longevidad a los blends y que es única. El resultado es un vino impetuoso, con taninos presentes y redondos, y un color espectacular. Para beber ya o, si se desea, guardar un par de años.
El equinoccio de primavera trae nuevos proyectos, y cortes poco tradicionales. En definitiva, vinos innovadores que, como siempre, son deliciosos.
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