Puerta abierta a la calidad

En el corazón de la provincia de La Rioja, Valle de la Puerta se consolida como proyecto boutique de alta gama. Aquí, una distendida charla con Andrew Noble, Vicepresidente de Ventas & Marketing, sobre el potencial de la región, las virtudes del Bonarda y el reconocimiento del emprendimiento a nivel internacional. 

Recuerdo, de manera muy patente, una conversación que tuve con el genial sommelier y empresario gastronómico Aldo Graziani, al aire, en la entrañable radio FM Flores. ¿Contexto? Mano a mano sobre la vida, su pasión por San Lorenzo, sus comienzos profesionales, la cocina, los vinos y el potencial de los terruños argentinos. 

“Marianito, el futuro, no tengas dudas, de nuestra vitivinicultura, es La Rioja. Es el terroir con más potencial, con los Bonarda como abanderados. Solo le falta prensa y difusión. Es cuestión de tiempo. Ya llegará su momento". 

A partir de entonces (si no me equivoco, la charla se dio hace cinco años), me volví un obsesivo de los vinos de la provincia que vio nacer —nada más y nada menos- al caudillo Facundo Quiroga. 

Investigué y conocí en detalle las bondades de una tierra fértil, infinita, ideal para elaborar etiquetas de alto vuelo. Porque La Rioja no vive solo sinónimo de uvas pasa y vinos de damajuana, a granel. Ha evolucionado y lo seguirá haciendo, con creces. 

¿Conclusión? La provincia del noroeste argentino es una realidad, que merece ser descubierta. Tiene todo para explotar: paisajes únicos, flora y fauna infinita y gente muy pujante. Si lo viese a Aldo en estos días, le diría “el futuro ya llegó". 

Entre los salientes proyectos vinófilos (muchos de ellos, boutique o artesanales), descubrí Valle de La Puerta. Quedé maravillado desde el principio con esta propuesta. Me pareció súper interesante, seria, enfocada en hacer grandes cosas. 

Un lustro después de aquel incipiente interés por lo riojano, tengo la oportunidad de hablar con Andrew Noble, VP de Ventas & Marketing de la bodega, que nos deja conceptos esenciales para entender definitivamente la marca Rioja Argentina. 


¿Es el futuro de nuestra vitivinicultura? 
Definitivamente, es una región a tener en cuenta, especialmente porque se producen vinos que ofrecen excelente relación precio-calidad. De La Rioja salen vinos muy frutados, con gran potencial para la guarda y a muy buenos precios.

¿Qué característica tienen los vinos de la provincia? 
En los blancos, especialmente el Torrontés, se destacan los aromas intensos a flores y frutas cítricas. En los tintos, notas a frutos rojos, lo que los hace muy fáciles de tomar y disfrutar. Si tuviese que definirlo en una palabra, diría versatilidad. Son vinos que van muy bien con las comidas pero también se disfrutan solos. ¿Qué le falta a La Rioja para consagrarse como región Premium? 
La provincia tiene la desventaja de tener pocas bodegas medianas. Es decir, son muy pequeñas o muy grandes, como la cooperativa. Esto hace que no exista sinergias entre ellas, que nos permita trabajar en un proyecto de comunicación que potencie la región. Otro factor negativo es que la cepa más valorada de la región es el Torrontés pero, lamentablemente, no es una cepa muy popular entre los consumidores. En definitiva, falta tiempo y una variedad tinta que nos identifique para consagrarnos como una región Premium. 

¿Esa cepa será Bonarda? 
Es nuestro as en la manga. La Bonarda en nuestra región es muy frutal, tanto en nariz como en boca, es compleja y con taninos suaves y dulces que sorprenden a todos. Su potencial es infinito y toma cada vez más notoriedad. 

¿Syrah es otra variedad emblemática? 
Lo era. A mi juicio, el consumo mundial de Syrah ha caído bastante y los consumidores se han volcado hacia el Malbec. 

Personalmente, ¿qué pensás del Torrontés? 
Un blanco de amores y odios. En nuestra región se da muy bien, ya que es raro encontrar un Torrontés de sabor amargo al final (esto ocurre en zonas más frías). 

¿Cómo es posicionó La Puerta en la provincia? 
Comenzamos hace mas de 10 años enfrentando a un gigante en la región que copaba todos los mercados. Hoy compartimos el mercado de igual a igual, pues nuestros vinos de la línea clásica son muy buscados debido a su carácter frutal y precio accesible. 

¿Qué características tienen los vinos de la bodega? 
Son productos de muy alta calidad, a precios muy competitivos. De carácter frutal, pero a la vez complejos y con final largo. Sorprenden en el paladar por su suavidad y textura. 

¿Por qué aún no desembarcaron en el mercado de Buenos Aires? 
Por que es muy difícil competir con las grandes marcas. Las bodegas más conocidas no dejan mucho espacio a las más pequeñas y el consumidor, en general, es marquista. Entonces, esa combinación nos hace difícil el desembarco. No obstante, muy recientemente hemos celebrado un acuerdo con el Grupo Baio, distribuidor de alcance nacional con mucha fuerza en Buenos Aires, y creemos que pronto haremos una marca en el mercado porteño. También es cierto que el consumidor está cambiando y se da cuenta que muchos de los mejores vinos vienen de bodegas menos conocidas y se están arriesgando a descubrir estas perlas. 

¿Cómo los ven en el exterior? ¿Reconocen el potencial riojano? 
Nos ven muy bien, especialmente con el Torrontés y los blends con Bonarda. Reconocen el origen y se dan cuenta de las diferencias en valor. Por otro lado, en muchos mercados hay saturación de vinos de Mendoza y los compradores buscan diversidad en la oferta. 

¿Son boutique, artesanales, de autor? 
Nos definimos como boutique, a pesar de producir más de 1 millón de botellas. La cosecha manual y la atención que prestamos en cada detalle del proceso productivo nos hace boutique. 

¿Cómo evolucionaron en el tiempo? 
Nos llevó varios años encontrar nuestra identidad y alcanzar la calidad que queríamos ofrecer. Creo que eso fue logrado en 2007 y luego mantuvimos la calidad alcanzada de forma consistente. 

¿Hoy compiten de igual a igual con Mendoza o Salta, regiones vinícolas consolidadas? 
Creo que aún no. En la memoria de algunos consumidores aún están las damajuanas de vinos de calidad mediocre que se producían en la región hace mucho tiempo. Esto aún los aleja de nuestros vinos pero el boca a boca de clientes que conocen nuestros vinos hace que crezca la curiosidad y se logre crecer en el concepto de la gente. 

¿Cuáles son las líneas de vino? 
Tenemos, actualmente, cuatro: Clásico, Alta, Reserva y Gran Reserva. 

¿Cuál es el maridaje regional ideal? 
Chivito a la parrilla con verduras asadas y La Puerta Clásico Syrah o La Puerta Alta Malbec-Bonarda; para los más osados, elegiría La Puerta Gran Reserva Blend de Malbec-Bonarda y Syrah. 

Acerca de Valle de La Puerta 
Valle de la Puerta se estableció en 1994 y actualmente tiene 150 hectáreas de viñedos y más de 770 hectáreas plantadas con olivos. 

Ubicada en el Valle de Famatina, a unos 1.200 km al Noroeste de Buenos Aires por ruta, la finca está rodeada por las sierras Velasco y Famatina, que se desprenden de la Cordillera de los Andes. 

Este valle único ofrece vistas magníficas y un suelo de muy buen drenaje. Un microclima especial, con días de verano calurosos y secos y noches frescas se combinan con el aire puro y la topografía desértica del valle y aseguran condiciones inigualables para el crecimiento y la maduración de uvas y aceitunas. La lluvia es escasa con tan solo entre 100 y 200 mm por año. De este modo, el agua para irrigación se extrae de pozos de hasta 200 m de profundidad. 

La bodega fue construida en 2002 y es una de las más modernas y tecnológicamente avanzadas de su tipo en Argentina. 

En 2005 se inauguró la planta productora de aceite, incorporando la más avanzada tecnología para producir la creciente cosecha de aceitunas y elaborar aceite de oliva de calidad Premium.


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