Este mes en el Club Cuisine&Vins: curiosidades y clásicos reversionados

El Club siempre te acerca a los proyectos vitícolas más convocantes de nuestro país. Este mes elegimos un exclusivo Malbec de Luján de Cuyo y un blend que nos introduce en lo nuevo de San Rafael. Además, nos jugamos con una cepa no tradicional que, si tenés más de 50, te va a dar algo de nostalgia.

por ANA PAULA ARIAS

Pensar en la historia del vino en Argentina es pensar en la historia de nuestros antepasados inmigrantes, en cómo introdujeron cepas y técnicas que hasta hoy se usan y de qué manera fueron forjando el gusto de los consumidores. Seguramente, hasta el día de hoy, muchos siguen recordando con cariño el Chianti, ese tinto en canastita de mimbre que apareció en las décadas del 60 y 70 en nuestro país.

El Chianti era (y aún es) un blend típico de la Toscana cuyo componente principal es la cepa Sangiovese. No estamos seguros de que la versión nacional del Chianti tuviera efectivamente Sangiovese, pero nos gusta pensar que, recuperando esa cepa del olvido, nos volvemos a encontrar con una época significativa de nuestra historia vitivinícola. Se nos ocurrió entonces seleccionar los vinos de Don Cristóbal, una de las bodegas del Este de Mendoza que hoy producen esta cepa. El Cristóbal 1492 Sangiovese retoma nuestro amor por lo mediterráneo y la tradición de nuestros antepasados italianos. Un tinto que conserva la frescura y el cuerpo ligero de los ejemplares europeos, pero con un toque más de fruta, típico de nuestras latitudes.

Pero no todo es Viejo Mundo: en la caja también pusimos el Finca Iral Malbec (Luján de Cuyo), una muestra clara del estilo que hoy se busca para nuestra cepa insigne. Un vino que es pura fruta fresca, ciruela y té negro, con notas que se alejan de la vainilla y los frutos rojos maduros que rezan casi todas las contraetiquetas de la Argentina. Lucas Giménez Bachiocchi y Daniel García Corazza son dos enólogos jóvenes pero experimentados que se jugaron a torcer el mandato nacional del Malbec goloso. El resultado es un vino rico, atractivo, entendible, pero bien elegante.

En San Rafael, a casi 200 km al sur de los viñedos de Finca Iral, se encuentra Funckenhausen, una bodega relativamente nueva que se está poniendo de moda a fuerza de grandes vinos con excelente relación precio-calidad. Elegimos La Espera Blend para desafiar y divertir a nuestros socios con un corte fuera de los tradicional. 65% Malbec y un 35% restante de Syrah que lo cambia todo; una combinación que redunda en un vino con notas clásicas de frambuesa y ciruela, pero que gana complejidad por sus toques de pimienta negra. Un tinto sanrafaelino de pies a cabeza, pero con el sello alemán de la familia Heinlein.

Los vinos de este mes del Club Cuisine&Vins son una inolvidable selección de tintos que nos conectan con nuestro lado más explorador. 



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