El mago italiano
2016-01-16crónicas de una anti-snob
EL PLATO EMBLEMÁTICO DE SU osteria Francescana es una
merluza cubierta de carbón vegetal, un plato negro que rinde homenaje al
pianista Thelonious Monk. Massimo Bottura, que estuvo una noche cocinando en
Buenos Aires invitado por Mundo Epicúreo, de HSBC, explicó que su cocina está
inspirada en la música y el arte. Delgado, exultante y absolutamente original,
este italiano de tres estrellas Michelin y número dos en el mundo según The
World’s 50 Best Restaurants nos enmudeció de un soplido cuando empezó a hablar
de tradición y de búsqueda constante.
“¿Estamos seguros de que nuestras recetas conservan la
belleza de nuestros ingredientes?”, se preguntó. “¿Por qué cometer los mismos
errores de nuestras abuelas cuando podemos mejorar la forma de elaboración?
Muchas personas no saben lo que hemos luchado, lo difícil que fue convencer a
la gente de que no estamos renunciando a nuestra tradición sino tratando de
salvarla”, reflexionó este revolucionario que hace maravillas en su restaurant
de Modena.
Esa misma noche, cuando cocinó en Tegui escoltado por su
íntimo amigo, Fernando Trocca, casi nos vuelve a voltear de un soplido, pero
esta vez de placer. Recibió de pie con parmesano, pasta artesanal y aceto
balsámico. Después, ya en la mesa, narró cada obra con la delicadeza de un
poeta. Resulta importante decir que este renovador de la gastronomía italiana
es mucho más que un cocinero: de sutileza conmovedora, discurso progresista y
dulzura extrema, cocina para los “sin techo” de Milán y lava los platos con su
personal cuando terminan las comilonas. Es absolutamente impredecible, un
amante de lo sencillo a pesar de sus técnicas innovadoras.
Esa velada inolvidable comimos tagliolini abstracto con
verdes de primavera y su famosa “la parte crocante de lasagna”, un homenaje a
los chicos que pellizcan los bordes crujientes del plato emblemático de las
familias italianas. Claro, todo realizado con técnicas dignas de la NASA.
También hubo ternera psicodélica, digna de museo, preparada sin fuego. Es que
este mago tiene trucos para crear sabores ahumados e incluso colorear, lejos de
las hornallas.